martes, 30 de septiembre de 2008

Cronica del BAFICI. Por Matías Stocchetti

¿A los independientes buscas vos?


Cuando el profesor Santiago nos dio la consigna de que debíamos ir al BAFICI a recolectar datos para la realización de una crónica, la verdad, no me cayó nada bien.
Soy un tipo bastante organizado con mis cosas y tener que hacerme un tiempo para ir a buscar algo que no sabía bien qué era, a un lugar nuevo para mí, no me resultaba muy simpático.

Finalmente, luego de varios análisis de sedes y horarios tomé rumbo hacia el Abasto, un miércoles después de almorzar. Tengo que decir que llevaba conmigo varios prejuicios.
Siempre me pareció que determinados eventos o reductos se poblaban de snob, de paracaidistas y de gente que estaba ahí para decir luego “Ay no sabes fui a tal lado y…”. Además el séptimo arte no es lo que más me gusta. Cuando voy al cine si la película me aburre me duermo y si veo una por la tele y va la publicidad, cambio de canal y me quedo enganchado con algún partido de fútbol olvidándome de lo que estoy viendo. El reproductor de DVD lo tengo porque mis amigos me lo dieron en mi cumpleaños pasado y ni siquiera soy socio de un videoclub. La que tiene carnet de socio en casa es mi mamá. Las únicas películas que veo las alquilan mis amigos y si quiero ver alguna me olvido de alquilarla. Todavía quiero ver “La ciénaga”. Así que fíjate como será.
Bueno, pero basta de tópicos que no le importan a nadie.
Cuando me bajé del subte en la estación Carlos Gardel tomé directamente la salida que te deposita en el shopping. De pronto empecé a ver gente “un poco rara” que caminaba para donde iba yo. Comencé a imaginarme que eran estudiantes de cine o algo por el estilo, con sus pantalones anchos, sus anteojos de marco grueso y algún que otro peinado ochentoso al estilo Soda Stereo. De repente, me perdí y a camine buscando algún indicio para saber donde tenía que ir. Siempre me sucede lo mismo en los centros comerciales, ya es una costumbre. Son siempre iguales, no tenés referencias para guiarte y los carteles me parecen confusos. De hecho son los últimos lugares a los que elegiría ir, a no ser que me arrastren mis amigos o vaya con alguna chica al cine, precisamente. Precisamente, había estado en el Abasto hacía relativamente poco tiempo porque fui al cine con alguien y en base a esa experiencia intenté ubicarme. Fue inútil.

Cansado de dar vuelta busqué los baños. En ese ínterin seguía observando gente que me parecía totalmente distinta de mí, pero me empezaba a gustar el ambiente que rodeaba al festival. Estaba seguro de que era una experiencia que debía aprovechar. Llegué a “la sala” donde están las puertas de los dos baños, había una mujer de unos cuarenta y pico de años parada al lado del ingreso del baño de hombres. Esto me llamo la atención, pero no le di mayor importancia. Cuando entre al baño, vi a un chico solo y entendí la situación. Al salir, cansado de dar vueltas le pregunté a la señora la ubicación de los cines. “Qué, ¿A los independientes buscas vos?”- me preguntó- le dije que si y me indicó como llegar. Cuando salí de ahí me agarro un ataque de risa al instante pensé: “¿Cómo supo esta mujer que yo iba al BAFICI?” ¿O será que me vio tan raro como yo veo a los otros?
Cuando volví sobre mis pasos como me había indicado ella encontré un enorme stand que decía: BAFICI. . Tomé un programa, pregunté por las boleterías y me fui.
Mi mayor preocupación en ese momento era conseguir entradas (Ya que se decía que muchas funciones estaban agotadas) y por sobre todo, tenía terror de caer en una proyección de cortos chinos traducidos al ruso y con subtítulos en catalán. Ahora bien, la zozobra me invadió cuando leí los nombres de los directores, tenían más consonantes que algún apellido uzbeco. Para colmo, ni un resumen, ni una reseña, ni nada. Antes de que la derrota sea definitiva, hice la fácil: Fui a la boletería y le dije a la chica que atendía: “Dame una para la película de Pinieyro.” Me acordaba que presentaba una película y confiaba en su capacidad, por los documentales de LAPA y de la Fuerza Aérea. Cuando habilitaron la sala, caminé por esos pasillos alfombrados y llenos de afiches que publicitaban los tanques de Hollywood, cuando algo que no sabía bien que era empezó a hacerme ruido dentro de la cabeza. Pero la claridad vino hacia mí al sentarme en la butaca. Vi como una mujer le compraba a un chico que venía con una bandeja, pochoclos y una Pepsi. La contradicción era lo que me hacía ruido: ¿Cómo era que ese tipo de películas y proyecciones se mostraban en un lugar como ése, donde comúnmente lo que vamos a ver ahí es completamente opuesto al concepto del BAFICI? ¿Cómo se le ocurrió a esa mujer ir a uno de los festivales de cine independiente más importantes del mundo y comerse una bolsa de popcorn? Por lo menos, era llamativo. La sala estaba por la mitad y en el publico había de todo: Jóvenes, gente mayor y personas que parecían vecinos que al volver del supermercado pasaban a ver que era eso con nombre de antibiótico de lo que tanto hablaban en la radio. La película (documental, a decir verdad) era un drama pero sin golpes bajos. Después el director nos dijo que por primera vez no estaba conforme con lo que había hecho y que presentó el documental porque se lo había pedido uno de los programadores del festival.
Al salir de la proyección seguía pensando, eran muchas anécdotas, novedades y reflexiones en sòlo algunas horas. La realidad es que todavía no llegué a sacar muchas conclusiones. Pero de algo estoy seguro: el BAFICI 09 no me lo pierdo.

1 comentario:

Juli_TheStrange dijo...

jajaj me mato cuando decis "los cortos chinos con subtitulos en ruso y traducido al catalán". Si, esas cosas pasan, Pero el BAFICI es así.
Uno cuando esta en ese ambientem tirate en un puff y mira el programa, quizás podes planificar a la noche, por que seguramente que a esa hora no podes sacar una entrada.
Era más lindo cuando en el 2007 ibas al cine "AMErica", no tenia las butaquitas del hoyts, tenía una sala gigante, con dos pisos, una pantalla que te mataba la imagen y te envolvia con el sónido.
Lastima que la sacaron y ahora lentamente sacan las butacas.
Pero espero el BAFICI del '09 a ver que pasa...

Saludos!